Kelly Drive es parte del Fairmount Park aquí en Filadelfia, uno de los sistemas de parques urbanos más grandes del mundo que cuenta con 9,200 acres de tierra, campos de juego, y caminos entre los árboles. Encuentra tu camino.

Joe Quinones completó un MBA en Wharton y se convirtió en empresario de bienes raíces. Nada mal para alguien que viene, como él mismo dice, “de los más pobres entre los pobres.” Pero la historia de su mayor éxito será cumplir con las promesa que les hizo a sus hijos pequeños.”

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Toda su vida, Joe ha estado luchando contra la obesidad, algo que no es nuevo en su familia. Él habla de como perdió a su madre y a su padre cuando ellos tenían 50 años, y como «todos en su generación, por el lado de mi padre tanto como el de mi madre, murieron cuando tenían entre 50 y 60 años.” Todo porque, como él explica, “mi familia viene de un origen socio-económico particular y un nivel de educación que crean un alineamiento para problemas de salud, como la obesidad.”

“Yo he luchado contra mi peso durante toda mi vida. Nunca lo superé, pero lo mantuve bajo control. Pero hace unos diez años, perdí el control y subí hasta las 245 libras. Pasé por un divorcio y estaba estresado.”

Entonces sucedió algo inesperado que proporcionó un fuente sorprendente de motivación: sus hijos.

Joe, quien fue padre tarde en su vida, recibió una petición por parte de su hija de seis años, Anike. Le contó a su papá que ella quería que él bailara con ella el día de su boda.

Ese mismo año escolar, el hijo de Joe, Akinseye, empezó a experimentar problemas de conducta en la escuela. Resulta que todo era porque él temía que su papá se muriera por ser tan viejo. Todo esto le hizo pensar a Joe.

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“Yo tenía un poco más de cincuenta años. Mi hijo estaba en segundo básico. Yo voy a su clase, y soy suficientemente viejo como para ser el padre del maestro. Así que me reí y hice un trato con él. Le dije, ‘Tú pórtate bien, y yo te prometo que no te dejaré hasta que ya tengas mi edad, y aún entonces mi espíritu estará siempre contigo.”  

Pero entonces Joe hizo los cálculos.

Él le acaba de prometer a su hija que iba a “fajarse un súper baile” el día de su boda a los 75 años, y que estaría con su hijo hasta los 95. Era entonces cuando Joe empezó a correr, a correr en serio. Ahora Joe está luchando contra los antecedentes familiares de obesidad una milla a la vez. Después de haber perdido 55 libras, Joe ha alcanzado su peso ideal, pero trabaja duro para mantenerlo, siempre manteniendo todo lo más económico posible ya que su divorcio no lo dejó con mucho dinero.

“Estoy en este lugar de resucitar y reconstruir, y sé que esto no tiene que ser un proyecto costoso. Una aplicación gratis en el celular y los caminos en el parque de Kelly Drive. Esos son mi membresía del gimnasio.” Joe respira profundo y dice:

“Yo amo a mis hijos y voy a cumplir con las promesas que les hice.”

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